Habrá notado la gran importancia que le damos a la evaluación genética. No es un capricho u obsesión, sino la certeza de que es el único sistema posible para modificar una población, como queda demostrado en los gráficos anteriores.
Queda en evidencia la evolución genética de nuestro rodeo hacia caracteres productivos de retorno económico.
No debemos olvidarnos que el 70% (¡Sí, setenta porciento!) de lo que vemos de un animal es debido al medio ambiente o sea su crianza, manejo, sanidad y presentación en el caso de las exposiciones. Lo importante es que esa proporción tan alta que vemos del animal no tiene fundamento hereditario o sea que no se heredará nada y por lo tanto no tendremos ningún retorno económico por haber invertido en ese porcentaje del animal que sin lugar a dudas nos deslumbra.
El enfático mensaje final es que le prestemos atención al 30% del animal que es consecuencia exclusiva de su valor genético y que por lo tanto se hereda y no desaparece de la población donde se incorpora, traduciéndose entonces en resultado económico. Teniendo información genética completa de los animales de los que vivimos podemos construir poblaciones sólidas con buen retorno económico debido a los valores DEP que nuestro criterio considera importantes.